~*~*~ Narra Estela ~*~*~
Me quede clavaba al piso, sus ojos penetrantes color azabache miraban fijamente los míos, media un metro y medio más o menos, de porte seguro y elegante, su plumaje brillante y colorido expandía una gama de color sin opacar su verde esmeralda natural, me hizo una reverencia, la cuál yo automáticamente devolví, no me movía para nada, no quería asustarlo, el solo me observaba, yo observaba los colores que salían de el, eran parecidas a las que explicaban los libros que salían de las auras, pero el se veía demasiado real para ser una, de pronto de movió demasiado elegantemente en el tronco, eso no fue lo que me sorprendió, si no lo que ocurriría después…
-Hola querida Estela- dijo fluidamente mientras que de su boca brotaban flotando humos delicados de colores; me quede estática, todo en mi mente se nublo, yo abrí mi boca sin poder controlarlo, de pronto todos los colores que la envolvían se juntaron desmedidamente a su plumaje y paso algo increíble, se estaba transformando en humana, el largo plumaje que había en su parte superior fue sustituido por una larga cabellera negra, sus alas por brazos, sus patas por piernas, todo su cuerpo cambio, pero esos ojos color azabache seguían observándome, ella era hermosa, todo en su cuerpo resaltaba hermosamente con esa piel morena, los colores que la rodeaban se separaron de su cuerpo y se volvieron a colocar a su alrededor, ella se sentó en el tronco y me miró como esperando una respuesta.
-Que.. que.. ¿Quetzal?- dije con un nudo en la garganta y ella sonrió complacida.
-¿Te han gustado mis regalos?-
-¿Re.. Regalos?- dijo sin poder dejar de tartamudear.
-Por desgracia solo has descubierto uno, al menos vas más adelantada que tu hermano-
-¿Usted es la original verdad?-
-Si te refieres a que soy tu antepasada, tu conclusión es la correcta-
-Los regalos… - dije recordando lo que había mencionado –Por usted fue que puedo ver lo sucedido con tocar los lugares-
-Con ayuda de mi gran elemental por supuesto-
-El espíritu-
-Estas en lo correcto, no es una coincidencia que tu nacieras en tiempos difíciles Estela-
-¿Usted lo hizo?-
-Yo no lo hice- dijo levantándose y acercándose a mi –Yo solo soy una herramienta, participo para realizar las ordenes no en la eleccion en ellas-
-Pero nos ha dado regalos-
-Tengo derecho, son parte de mi- dijo tomando mi brazo y besando mi marca –Ariel no te contó todo por protección-
-¿Qué va a pasar?-
-No te puedo decir concretamente que pasara, nada en el futuro esta escrito, pero cosas nuevas en las páginas de la historia se están formando-
-¿Me podría decir la información que
-Toma asiento- dijo sentándose en el tronco y yo la imite –Yo soy un Quetzal de nacimiento, ayudaba a los elementales porque ellos eran buenas personas que solo querían dar paseos por aquí, yo les mostraba mi forma de ver el mundo a través de mis ojos, todos los animales pedían algo a cambio por hospedarlos y ellos por su necesidad de ver las cosas aceptaban sus caprichos, yo tenía todo lo que deseaba, solo algunos animales no pedíamos nada y fuimos bendecidos con un gran cambio- dijo sonriendo con ternura y pensaba ¿Qué estaría pasando por su mente? –Llegue a ser humana con un don magnifico, la magia- dijo alzando sus ropas y me di cuenta que a diferencia de mi ella tenía un gran quetzal con las alas extendidas hacia el cielo en su vientre con muchos enlaces en este mismo –Vague por este mundo muchos años, conocí a muchas familias que eran descendientes de amigos míos, hasta ahora tu conservas amistad con esas familias o algunas de ellas- dijo con mirada sombría –Hay otras que han decidido seguir el mismo camino que la nuestra-
-¿Quiénes?-
-Dicen que son una cosa, pero en realidad son otra- dijo besando mi frente.
Me transporte al momento de alumbramiento de un niño, había nacido con una gran marca roja en su espalda que se podía apreciar a través de su placenta, el bebe o la bebe fue pasados a las manos de un ser encapuchado y su madre solo observaba la escena agotada, observe como una joven se le acercaba y sin que la mujer pudiera ejercer fuerza alguna, le cortaba la garganta lentamente, el bebe no hacía movimiento alguno pero podía observar que estaba sano y fuerte para ser un recién nacido, su marca era una salamandra, se notaba que su cabello tendría un color rubio, pero eso no era lo que me llamaba más la atención de el bebe, era que a pesar de ser un bebe parecía conocerlo. De pronto y sin aviso salí empujada de ese instante y regrese a aquel tronco junto a Quetzal.
-Es todo lo que puedo mostrarte, tu deberás sacar tus conclusiones-
-El nació con marca de salamandra y con color- dije recordando –Ninguno de mis amigos tiene su marca en la espalda-
-¿Y tu enemigos?- dijo ayudándome de nuevo.
-Son los Flament- dije levantándome del tronco –Ellos son una de las familias que no escogieron nuestro camino, Valery un día me comento que sus padres creían que ellos habían apoyado a Snake y después se refugiaron en su dinero para poder entrar a la sociedad de nuevo-
-Ellos se alejaron del camino del equilibrio para querer crear un mundo en el que solo existiría caos y denigración por parte de los menos afortunados dentro de ese nuevo régimen-
-¿Se esta formando otra época oscura?- dije rogando que me negara mi pregunta.
-Ya esta aquí, solo que no se ha revelado- dijo acariciando mi rostro.
-Pero es imposible que ese niño sea de las Flament, mataron a la madre, solo hay dos mujeres Flament y los hijos de ellas son primos, al menos que…-
-Se acabo mi tiempo- dijo abrazándome –Nada es lo que parece- dijo besando mi cabeza y sentí como caía inconciente, en mi mente solo resonaban las palabras “Habla con Ariel”
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